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VAN GOGH EL PINTOR DEL DOLOR HUMANO

Van Gogh El Artista y su Trascendencia en el Tiempo  Van Gogh un hombre que amaba a la Humanidad Su Misión en el Arte INTRODUCCIÓ...

lunes, 30 de marzo de 2020

VAN GOGH EL PINTOR DEL DOLOR HUMANO


Van Gogh El Artista y su Trascendencia en el Tiempo 
Van Gogh un hombre que amaba a la Humanidad
Su Misión en el Arte



INTRODUCCIÓN



Hoy 30 de marzo de 2020  se cumplen 167 años del nacimiento del pintor holandés Vincent Willem van Gogh
(1853-1890), por lo que esta efeméride llega a ser un motivo más que suficiente para acercarnos a los aspectos biográficos que tuvieron una mayor significación en su vida tomados del libro El Arte En La Nueva Era escrito por el Dr Serge Raynaud de la Ferriere a mediados de los años 50 del siglo XX en Niza, Francia.

Esta obra no fue traducida al castellano por el Dr David Ferriz Olivares en coordinación directa y expresa con el autor como lo fueron sus obras editadas en español, pero fue el Dr Ferriz quien coordinó su edición haciendo la minuciosa selección y ubicación de las láminas en el contexto correspondiente en relación con los pintores mencionados.

En 1974, durante una estadía de varios meses en Buenos Aires, Argentina, el Dr Ferriz Olivares, en calidad de traductor, exégeta, prologuista y coordinador de la literatura del Dr Serge Raynaud de la Ferriere, escribió el prólogo de esta obra en ocho partes a lo largo de 34 páginas


Entre los temas de esta larga disertación sobre la evolución del Arte en nuestros tiempos, el Dr. Ferriz señala una de las principales características del objeto y del contenido del Arte en la Nueva Era:  


Si bien para algunos esteticistas las fuentes biográficas y psicológicas del artista quedan eliminadas del universo de su obra artística, en el caso del Maestre, su arte es traspasado por el mensaje de su enseñanza viviente que enriquece la misión de los artistas, para el sendero de realización de los hombres y para la proyección iluminadora de la Nueva Era.” pag 25, editorial Diana, México, 1980


El mensaje primordial de El Arte en la Nueva Era, el sexto de sus siete Grandes Mensajes, versa sobre una enseñanza sobre el arte en sus más esenciales expresiones como la Misión de los Artistas y destaca los aspectos más relevantes de la pintura que fue la manifestación del arte cultivada por el Dr Raynaud de la Ferriere como pintor y también como escritor.

El autor habla bastante en esta obra sobre su trabajo como pintor y muy expresamente, en función del mensaje que quiere transmitir, se refiere a su experiencia personal en los siguientes párrafos:

El ambiente colectivo tiene a veces sus ventajas, hay que reconocerlo, y recuerdo muy bien cuando habitaba en Montmartre, el efecto que tenía mi trabajo artístico, simplemente por lo que me rodeaba: mi humilde apartamento de la calle Orsel me inspiraba mucho más que las bellas viviendas donde pude residir después.

Algunos sketchs tomados a lo vivo en la calle Lepic, un lienso "Calle de los Sauces" y todo los colores tan locales de la vida bohemia de París, difícilmente los recobré en Greenwich Village de New York o en los otros barrios de artistas en Londres, Roma u otras capitales.

El magnetismo, la atmósfera, el medio ambiente, el estar rodeado de otros artistas, etc... dan ciertamente un dinamismo especial de inspirar mucho mejor, y sobre todo, comunicar un ardor y un ímpetu tan necesario para el verdadero artista que no trabaja para fines de lucro comercial, sino siguiendo el simple deseo de manifestarse y para satisfacer su ideal.


Destacamos también que el autor del Arte en la Nueva Era aborda el tema desde su punto de vista del Arte en su forma Real y del Arte unido al Saber ligado a los aspectos psicológicos y espirituales de la individualidad de los artistas citados en su obra, por lo que este libro no es un discurso formal sobre el arte como lo haría un analista o escritor especializado en esta importante manifestación del quehacer humano.





Con la esperanza de llegar a vivir con Gauguin en nuestro estudio, quiero pintar una serie de cuadros. Nada más que grandes girasoles... Si llevo a cabo mi plan, pintaré una docena. El conjunto es una sinfonía en azul y amarillo. Trabajo todos los días desde que sale el sol porque las flores se marchitan enseguida y hay que pintarlo todo de una vez.

El tema de las flores fue uno de los más pintados por Van Gogh en sus años como artista del color como también lo fue el de la naturaleza: girasoles (de 3, 5, 12 o 14 flores), rosas, lirios, jardines, paisajes, árboles y en general la naturaleza viva y colorida que es parte esencial de toda su producción pictórica. En Arles donde compuso sus más importantes obras al final de su vida, pintó todo lo que vio.



Entre los rasgos biográficos más particulares sobre Vincent Van Gogh, el Maestre Raynaud de la Ferriere, le da relevancia a temas de importancia excepcional como por ejemplo, el del Absoluto (uno de los más esenciales de la literatura del Mahatma Chandra Bala referido al Absoluto en el hombre y no como un ente abstracto), en la siguiente frase sobre uno de los distintivos principales de la individualidad de Vincent Van Gogh:


...porque la simplicidad de espíritu a menudo abre la vía de lo Absoluto… 


He aquí una de las expresiones con las cuales el autor de El Arte en la Nueva Era ha querido referirse a la obra pictórica de Van Gogh analizada más allá de su pintura misma y que reseñamos en esta fecha de un nuevo aniversario de su vida.

Vamos a sumergirnos pues, en el sentido real de esta especial reseña biográfica de Vincent Van Gogh para comprender mejor el mensaje que el Dr Serge Raynaud de la Ferriere ha querido dar sobre la individualidad del gran pintor holandés. 



Van Gogh el Artista y su Trascendencia en el Tiempo


Es Van Gogh quien se separa de la lista de nuestro resumen. ¿Cómo hablar de él? Vincent Van Gogh […] es como una antítesis del arte  holandés. Su padre, ministro protestante, crió a sus hijos en la estricta austeridad religiosa que le caracteriza; además renunció a todo afecto hacia el joven Vicente tan pronto como se dio cuenta del espíritu independiente de su hijo.





Retrato de su madre 
Anna Carbentus van Gogh copiado de una fotografía. Van Gogh fue introducido al arte por su madre, que era una artista aficionada y acuarelista.


Ante todo hay rendirle homenaje a su hermano Teodoro que supo comprender a Vicente, amarlo y permanecer a su lado hasta su muerte, que se llevó al artista tan joven. Gracias a Teodoro, no cabe duda, es que tenemos las obras de Van Gogh.  

Trabajando en la empresa de su tío, director de una firma de venta de cuadros y muebles, se encantó con Millet y Daubigny; más tarde, en Londres, su visita a la National Gallery le dio un entusiasmo por Turner y Constable, pero en sus cartas describe también su admiración por Millais, Tissot y Boldini.

Trabaja para la casa Goupil en Paris y comienza a leer a Michelet y Víctor Hugo; sus autores fueron también Renán, Chateaubriand, Heine y un sinúmero de “profetas” de cualquier religión que fuera.

Regresó a Inglaterra pero después de un corto tiempo, el anuncio de la boda de Miss Loyer, le hundió en la depresión y en 1876 dejó Gran Bretaña para regresar junto a su familia en Holanda.


Vendedor en una librería de Dor Drecht y dando instrucción a un tío en Amsterdam, a los 25 años se postula como misionero para las provincias industriales de Bélgica, pero después de algunos meses en un seminario de Bruselas, el director se vio obligado a escribirle al padre de Van Gogh para que retirara a su hijo de la Sociedad de la Evangelización.




Van Gogh busca su Misión


Vicente se decide a emprender su misión por sí mismo, ya que la institución no quiere concederle una autoridad. Se va a Borinage (región industrial del Hainaut en Bélgica).

Enseña a los niños, cuida a los enfermos, y en 1879 la Sociedad Evangélica lo acepta oficialmente para constituir una misión en Wasmes con un salario de 50 francos al mes.

No consigue, sin embargo, vivir de acuerdo con su doctrina, los mineros no pueden tomarlo en serio porque llega hasta el escándalo durante el cual la Sociedad Evangélica envía un delegado para obligarlo a renunciar, pero Van Gogh quiere enseñar, con o sin misión, y llora sobre todo por la estrechez de la doctrina a la cual él mismo está ligado.

Esta limitación religiosa lo oprime, esas medidas impuestas a su celo, esos pastores a quienes habría que empezar por educar más antes que a los obreros belgas, a los cuales él se dedicaba.

Su plazo en la misión ya ha terminado, siente una especie de liberación y puede a su gusto servir a Dios sin el control de los hombres. 




Campo de Trigo con Cuervos, el último cuadro de Van Gogh



En 1879 se va vivir con un simpático pastor de Bruselas que le hizo comprender que su don de la pintura venía de lo Divino y que servir a Dios por el arte, es mucho más que lo que podía hacer con otros misioneros.

A los 27 años toma la decisión firme de adoptar su última profesión; viene a Bruselas para estudiar con un pintor que le enseñe la perspectiva; más tarde será Mauve quien le hará copiar naturalezas muertas y con quien reñirá en La Haya donde quedará viviendo con una mujer de la calle, viciosa, horrible, borracha, hasta el punto de que su reputación de paria quedó hecha; no la dejará sino para entrar al hospital. Convalecerá en la frontera alemana con los cuidados de su hermano Teodoro que siempre veló por él en toda ocasión.

Pinta y es Millet quien le inspira, y sigue siendo para él como “el maestro”. Su fe de carbonero existe en la religión como en el arte, que se convirtió, por otra parte, en su nueva religión.

Después de 1883 regresó a su familia establecida cerca de Utrecht y aquello fue otro escándalo, por su relación con una joven de Neunen que se envenenó por él y fue salvada en el límite extremo; pero los rumores no se pudieron detener.

Se vuelve hacia Daumier que sigue siendo para él el héroe junto a Millet. El ama a esos maestros, como hombres y como artistas, pero en el fondo Rembrandt continúa siendo la base de su técnica.

Se da cuenta de que en Neunen realmente hay demasiados obstáculos para él y dejando una vez a su familia, viene a Amberes, en Bélgica, en noviembre de 1885.

Alli estudia en la Academia donde hubo grandes discusiones con los profesores. Van Gogh saldrá bruscamente de Bélgica para ir a París (marzo de 1886).

Vivirá en la calle Lepic en Montmartre y naturalmente allí, en la capital de los artistas, realiza que está atrasado en una generación. 

La escuela Barbizón representa para él lo moderno y es una revelación el conocer a Seurat, por ejemplo, con su puntillismo.

Entra al atelier de Cormon y cuando no estaba ocupado estudiando figuras, le atraía la luz de Montmartre con colores que recuerda a Pisarro.





(1886) tenía la posibilidad de la investigación sobre las pinturas japonesas y es así, verdaderamente, que él encuentra una atracción hacia el tratamiento de la masa como lo instrumentan los japoneses en sus expresiones.

Almendro en Flor pintado en 1890 es uno de sus cuadros de expresión japonesa.



Había calificado al puerto de Amberes como “japonerías” cuando estaba en Bélgica, pero ahora (1886) tenía la posibilidad de la investigación sobre las pinturas japonesas y es así verdaderamente que él encuentra una atracción hacia el tratamiento de la masa como lo instrumentan los japoneses en sus expresiones.

Deja la simetría de la tradición europea, se evade de su herencia del impresionismo y puntillismo, hacia el trabajo en sección ilimitada.

En 1887 está en relación con Gaugin, Anquetin, Emile Bernard y Toulouse Lautrec. En febrero de 1888 se va a Arles a buscar tal vez en Provenza la sombra de Monticelli, muerto desde hacía algunos años.



La Misión del Artista


He hablado largamente de Van Gogh con el fin de ofrecer el ambiente en el cual el artista evolucionaba. No he tratado de lograr una atmósfera especial; he mencionado los hechos de su vida en general, eso es todo.

En el caso de Vincent Van Gogh se trata de algo verdaderamente particular; no se puede juzgar rápidamente sus obras; ellas son algo que sobrepasa con frecuencia el entendimiento habitual.

Hay que entrar dentro de “la piel del personaje”: él ha sufrido, él ha amado; él deseaba darle al hombre, su hermano, una ley, un deber, al igual que una responsabilidad.




Uno de sus últimos autorretratos entre los 40 aproximadamente que produjo. Pintó alrededor de 900 obras entre óleos y acuarelas, y más de 1600 dibujos que se encuentran en varios museos del mundo como ÁmsterdamNueva YorkParís, Berlín y Ciudad de México.


Discutió en todas partes a fin de hacer surgir la luz como en sus lienzos mismos, que son el triunfo de sol aunque él fue el vencido!

Las tinieblas tal vez han triunfado sobre el hombre, pero no sobre el artista. Van Gogh sigue siendo luminoso para nosotros, mientras que era sombrío como individuo. 

Su habitación en Arles (Lámina 114) dice mucho sobre sus medios de existencia! Ya en sus primeras obras se sentía su melancolía a pesar de un respeto todavía por la tradición.

Me interesó mucho la multiplicidad de calzado que pintó en sus comienzos y de los cuales pude analizar una bella colección en el Museo de Ámsterdam.





"Querido Theo, te envío un pequeño bosquejo para darte una idea del cariz que toma el trabajo porque hoy he vuelto a trabajar. Esta vez se trata simplemente de mi alcoba... La visión del cuadro debe servir para descansar la cabeza o mas bien la imaginación... las paredes son violeta pálido, el suelo es de baldosines rojos, la madera de la cama y las sillas es amarillo mantequilla fresca, la sábana y las almohadas limón verdoso muy claro, la colcha es rojo escarlata, la ventana verde, la mesa de tocador anaranjada, la palangana azul, las puertas lilas y eso es todo... No me extenderé más porque mañana pienso empezar muy temprano con la luz fresca de la mañana para terminar el lienzo. Te estrecho la mano, soy todo tuyo, Vincent." 



Creo que terminaré mi capítulo con un pensamiento en Van Gogh, el que pinta los “romanichels” (gitanos), el que se muestra tal cual es en las múltiples reproducciones de su retrato, el mismo que está internado en los servicios especiales para desequilibrados mentales, porque la simplicidad de espíritu a menudo abre la vía de lo Absoluto. Como dice el Cristo:


Bienaventurados los pobres de espíritu, el reino de los cielos les pertenece. 



Van Gogh, el Pintor del dolor Humano


En otra parte de esta obra, el Dr Raynaud de la Ferriere se detiene en la personalidad artística de Van Gogh y en el modo como él influyó más en algunos de sus cuadros destacando la trascendencia de su obra y la etapa final de su vida, la época del postimpresionismo pictórico.

Joven contemporáneo de Cézanne, el holandés Van Gogh no llegó a la pintura sino hasta cuando estaba cerca de sus treinta años, después de haber sido vendedor de almacén, maestro de escuela y misionero.

Quiero pintar la humanidad, la humanidad y aún la humanidad, decía, y Dios sabe si sus personajes revelan su condición de existencia.

Nadie mejor que él ha podido representar esos aspectos del atontamiento, la nostalgia, la piedad… y todas las diversas mentalidades que surgen del carácter humano.

Después de Millet, a quien él tomó como modelo, fue Pisarro quien influyó sobre Van Gogh, cuando regresó a París en 1886 para reunirse con su hermano Teo.







Los Comedores de Patatas compuesto en 1885 y Campamento de gitanos con caravana cerca de Arlés 1888. 


Su técnica es diferente a la de los neo-impresionistas, de los cuales utiliza el método, el ideal y la misma paleta; emplea su individualidad con mucha fuerza al separar el color por líneas finas y nerviosas, llenas de pasión, podríamos decir.

El más apasionado de los pintores, comprendió la vida mejor que nadie y, además, su predisposición a ser misionero es una indicación.

Es justamente porque era demasiado profundo, demasiado profundo del sentimiento cristiano, que algunas iglesias no pudieron aceptarlo.

El respetaba demasiado al Cristo en tanto que hombre-Maestro, y no como un dogma canalizado por una organización de misiones. Su temperamento violento viene de la herencia paterna (hijo de un pastor luterano).

Vincent Van Gogh tal vez no ha inventado nada, pero culmina una época, el término de una posibilidad de expresión. Después de él nadie podrá continuar.

Es necesario cambiar algo deliberadamente, ir a buscar un tema de pintura en otro lugar, porque Vincent cierra la puerta, rompe los puentes, delimita con su nombre la historia de la pintura.

Su lienzo “El patio de la cárcel” (Lámina 108) es una obra maestra, muy simbólica (33 prisioneros, si no me equivoco!); los altos muros un poco exagerados marcando la limitación de esa pobre humanidad sobre la cual el artista ha llorado tanto, ese número formidable de piedras es más un símbolo de la esfera donde el género humano evoluciona, que una característica de la prisión que muestra la imposibilidad de evadirse.





El Patio de la Cárcel pintado en 1890


Al exterior del círculo formado por los prisioneros en su paseo, se notan tres personajes: el guardián, el inspector y el rector. Siempre podría tratarse de algo diferente en ese misionero que ha meditado sobre los 33 años del sufrimiento de Cristo y sobre la Santa Trinidad teológica!.



Van Gogh un Hombre que amaba a la Humanidad


La asociación que Van Gogh intentó con Gauguin necesariamente tenía que fracasar. Vivieron poco tiempo juntos en Arles; muy pronto tuvieron que aceptar la evidencia de que mientras Vincent era sencillo y humilde y su propósito en la pintura era mostrar la humanidad realmente como es, Gauguin era orgulloso, soberbio, altivo y deseaba mostrar al género humano en una especie de estado paradisíaco.





"Van Gogh llevaba tiempo acariciando la idea de formar una comunidad de artistas a la manera de los japoneses o de los antiguos talleres holandeses. Pensaba que otros pintores se sumarían a este taller del sur cuyo jefe será Gouguin. Estoy dispuesto a convertirla en una casa de artistas pero no una casa lujosa; al contrario, nada de lujos pero que todo, desde la silla hasta el cuadro tenga carácter..."   


Después de haber estudiado la colección de Van Gogh en New York en 1949, copié dos de sus cuadros (“Hospital de San Remo” y “Colina de Provenza”) e hice algunas pinturas del género de Van Gogh, especialmente “El retrato del Indo” (esos lienzos están todavía en Estados Unidos).

Me siento verdaderamente complacido en el ambiente de Van Gogh y si hubiera de adoptar un género, me gustaría pintar con el estilo de sus terrazas de café francés, por la noche; esas calles iluminadas por los reverberos y otras obras de esa figura de la pintura moderna. Textos extraídos de El Arte en la Nueva Era pags 283, 284, 285, 323 y 324, editorial Diana, México, 1980. Los textos han sido tomados tal y como aparecen en el libro



UNA CONCLUSIÓN


Visto lo anterior hagamos una reflexión digna de una buena meditación: más allá del dolor y de sus tragedias, de sus vicios y del oscurantismo de su época, trascendiendo los escenarios del ambiente que le tocó en suerte y calando en el fondo de esa individualidad que dejó en su arte y en sus cartas una huella indeleble de su gran compasividad y sensibilidad, tendríamos que considerar a Vincent Van Gogh como un hombre adelantado a su tiempo en muchos aspectos de la incipiente vida colectiva de entonces. 

Pero también, uno  de los prototipos de individualidad del futuro, un ejemplo de humanismo activo que mantuvo intacto el substrato brillante de su alma y que por la forma como lo manifestó en sus obras anticipa los nuevos tiempos del humanismo por venir como una especie de predestinación… y es, tal vez, ese substrato reflejado en su obra lo que está en el origen de la admiración y comprensión que sentimos por su persona, sus cuadros y sus cartas. 

Durante su corta vida, padeció lo indecible la miseria y la incomprensión humana, pero ha sido la inmanencia de su alma lo que sostuvo los principios espirituales que iluminaron en todo momento su individualidad, que inspiraron su arte y que la hicieron crecer hasta el final de su vida.


Cuando siento una necesidad de religión, salgo de noche y pinto las estrellas.

Es bueno amar tanto como se pueda, porque ahí radica la verdadera fuerza, y el que mucho ama realiza grandes cosas.  

Vincent Van Gogh







 La obra representa un café en la ciudad de Arlés, que en aquel entonces se llamaba "Café Terrace" y que más tarde se renombró como "Café Van Gogh".

El estilo de esta pintura es único para Van Gogh con colores cálidos y la profundidad de la perspectiva. Ésta es la primera pintura en la cual Vincent utilizó fondos estrellados. Posteriormente vendrían la Noche estrellada sobre el Ródano y La noche estrellada en 1889. Esta obra entra dentro la categoría de pinturas de este autor que buscan iluminar la noche dándole un tinte de alegría y color al paisaje nocturno. Wikipedia



Dejamos hasta aquí este sencillo homenaje al gran Vincent Van Gogh, gracias por la receptividad concedida a estos artículos y los los esperamos para continuar en las próximas publicaciones.


El video que ilustra el artículo contiene la balada Vincent compuesta y cantada en 1972 por el cantautor Don MacLean de New York, los subtítulos están en español.

Con más de 40 años de estar sonando, es una de esas canciones que llegan para quedarse porque hablan de realidades que trascienden en valores esenciales de la vida humana. 



Los enlaces contienen algunas conclusiones hechas en Holanda en 2011 sobre la hipótesis de su muerte no por suicidio sino por accidente: 


El hecho nunca pudo aclararse por completo, ya que jamás se localizó el arma. Previamente, el pintor sufrió depresión, se cortó parte de una oreja y se recluyó en un asilo de forma voluntaria. Naifeh, citado por la televisora BBC de Londres, dijo que la versión aceptada de lo que pasó en Auvers entre quienes lo conocían es que unos muchachos conocidos le dispararon accidentalmente y que él decidió protegerlos, aceptando la culpa.



Por su parte Wikipedia dice al respecto:


En 2011 surgió una teoría que postulaba que Van Gogh no se suicidó, sino que murió por un disparo accidental efectuado por dos muchachos que jugaban con una pistola. En una biografía sobre el artista, Van Gogh: la vida, Steven Naifeh y Gregory White Smith mantienen que el disparo provino de René y Gaston Secrétan, dos hermanos adolescentes que veraneaban en Auvers, y que eran conocidos del pintor, por lo que no habría querido incriminarlos y se habría autoinculpado. 


Según los autores, René era un chico problemático al que gustaba vestirse de «cowboy», y se entretenía disparando a animales con una vieja pistola calibre 38. Así, el 27 de julio de 1890 Van Gogh habría salido como siempre a pintar, recibiendo de forma accidental el disparo del menor de los hermanos. Según Naifeh, historiador del arte titulado en Princeton, «revisamos los testimonios iniciales que dieron lugar a la versión del suicidio, y vimos que no eran nada sólidos». 

Este autor afirma que en la entrevista que René Secrétan dio en 1956, el año de estreno de la película que Vincente Minnelli realizó sobre el pintor holandés, su testimonio «está lleno de culpabilidad». Esta teoría no está confirmada con otras pruebas ni aceptada por la mayoría de la comunidad académica, y el Museo Van Gogh de Ámsterdam considera prematuro valorar las conclusiones a las que han llegado estos autores.










Gracias a Google por las imágenes, los enlaces y los videos